Tiempos de Reflexión.
8 de Abril, con cariño se te recuerda OVR
En plena crisis mundial de salud, ya conocida por los medios informativos ha causado una serie de problemas en varios aspectos, que ha suspendido las actividades de carácter profesional, de administración en toda la clases de los servicios publico, en el comercio, en la industria, entre otras cosas, ha empezado afectar la economía. No obstante la otra cara de la moneda, ha forjado los lazos familiares el estar en nuestra morada, con el hastack #yomequedoencasa con la ayuda de frenar la pandemia mundial que actualmente presenciamos, por una serie de medidas ya difundidas por las autoridades sanitarias.

De ahí que, en la presente crisis sanitaria tiene varias vertientes de un sentido positivo, por el cual el lado amable es la oportunidad de retomar la unión y los valores familiares para convivir con nuestros hijos, no solo en las labores escolares, sino también el crear o hacer más solidos los lazos de fraternidad de padre, madre e hijos, a fin de conocernos mejor en lo personal y, a la vez apostar a una organización funcional con una comunicación asertiva. Pero hay que evadir a no caer en una zona de conflicto, en desorden de un modelo disfuncional a través del resultado de la desintegración familiar.
El tiempo de quedarnos en casa ha marcado un cambio y un rumbo, al salir de una rutina diaria del trabajo común de todos los días, o en otros aspecto la rutina que limita en tiempo las jornadas laborales en un determinado sector de prestación de servicios y de la industria. A pesar de ello, hay la excepción de aquellos comprometidos en estos momentos que apoyan los servicios de salud y de seguridad, hacen frente a esa urgente contingencia ya conocida por todos nosotros. En contraste, para los que trabajan en casa, en otras distintas actividades que reclaman un espacio de tiempo, el cual implica el replantear una nueva planeación estratégica de la organización familiar, en compañía de nuevas directrices por medio de un restableciendo el valor de cuidarnos como integrantes de la nuestras familias .
Por eso, en estos momentos no solamente son las medidas precautorias de sanidad en contra de la pandemia mundial, al quedarse en casa, sino el crear reglas domesticas consensuadas de convivencia diaria dentro de los hogares con el propósito de fomentar la funcionalidad, o sea una comunicación amable, colaborativa, empática, asertiva y constructiva para darles un clima de seguridad, bienestar con el objetivo de fomentar la resiliencia de adaptarse y adaptarnos a los cambios de timón intempestivos, como en la actualidad.
En otras palabras, el hoy en situaciones difíciles la cual nos lleva a sacar la casta, en primer lugar en apoyar las relaciones de pareja y familiares bajo el mismo techo, nos queda claro el uso del modelo de la comunicación no violenta, en el que se retoma el lado amable de ser humano en sus sentimiento y sus emociones, al exponerlo a través de las herramientas de un diálogo pacífico, tal como, la práctica de la empatía, la asertividad, la utilización de la escucha activa, el parafraseo y demás reglas de etiqueta a fin de identificar sus intereses y necesidades en común, para aplicar la filosofía del trabajo colaborativo.
Por esta razón, la labor del pacificador neutral, por el hecho de no estar en sus lugares de trabajo, o no sean requeridos sus servicios, tenemos la necesidad entre nuestros círculos familiares y amistades por medio de las tecnologías de información al compartir, difundir y en la medida de las posibilidades las herramientas de comunicación verbal no violenta con el fin de hacer más alegre, entusiasta, jovial y con una buena dosis de actitud de buen optimismo el salir adelante y fortalecidos.
Alberto Villegas Cabello
Mediador y Conciliador
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